sino día tras día regresé a esta soledad yendo a ella en la mañana
como si asistiera a un festival.
W. H. Hudson ("Idle days in Patagonia")
Ahora que llegó el otoño, las hojas remolinean cerca tuyo. Sentís el crujir a cada paso; se deshacen en la planta de tus pies.
El valle se tiñó de verdes descoloridos, de amarillos que relucen en la mañana, dorados del sol.
Si seguís, y te quedás junto al río un poco más, la quietud te transporta, y salís corriendo y cuando volvés a mirar, ahí te ves: sentado bajo una rama seca, con las hojas desteñidas a tu alrededor, el agua corriendo mansa entre los meandros, la tarde fría que llega con sus nubarrones… y entonces, dejás de mirar el cuadro.
Metés las manos en los bolsillos y das media vuelta… retomás el camino por el cual llegaste y te perdiste.
El ruido de los autos me devuelve a la realidad. El “28 de Julio” que llegó a la parada (“tarde,como siempre”, pienso). Sonriendo rumbeo para casa, viendo la gente pasar, los chicos que salen de la escuela, los perros jugando en la plaza… y me queda la sensación, de que te invité a pasear conmigo.