Todo tiene su tiempo...
y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora

jueves, 8 de enero de 2009

Les vacances d'été



El verano en el valle tiene un tinte solitario.
El viento norte se mezcla con el calor que invade cada rinconcito y hace remolinear la tierra a la orilla del camino.

Las imágenes van sucediéndose como en una película: la ausencia en las calles; las interminables tardes; los miles de colores que reflejan las construcciones antiguas; la noche que se hace esperar.
Los días pasan tímidos; en silencio... casi ausentes.
Recién por la tardecita, cuando el sol se recuesta sobre las lomas, los lugareños abren las puertas de sus casas; se refugian en las plazas; van y vienen por la costa del río.

Todos buscan el aire fresco.
Todos buscan un aire nuevo.


Pequeño rincón de cosas que leo y me sorprenden



Ella barrió el otoño del patio de mi casa
y casi a quemarropa se nos vino el verano.

De súbito, la escoba se llenó de ramas
y a sus manos, ya verdes, regresaron los pájaros.

Todo de golpe. Todo cruzó como una ráfaga.
Sucedió tan de pronto q no puedo acordarme
ni cómo se llamaba.

Barrió el otoño y luego
ella olvidó acordarse.
Creo q hemos pactado no acordarnos de nada.
Pero el otoño vuelve cada otoño
a mi casa, y acumula mil hojas
donde no escribo nada.

Ella no ha vuelto. Nunca voverá a su tarea
de barrer el otoño del patio de mi casa.
En adelante, el viento barrerá la nostalgia.

Lo que no entiendo es,
cómo me olvidé de olvidarla.

("Ronda para barrer el patio")
Armando Tejada Gómez