Todo tiene su tiempo...
y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora

martes, 23 de diciembre de 2008

Buscando un repuesto

Este, sin duda, será el último post del año.

2008 difícil, con muchas experiencias añadidas y porsupuesto, los buenos e invaluables momentos con amigos y familia.
Este año finaliza así, tal vez a media máquina... y aún buscando un repuesto.
Será que el 2009 depara 12 meses de nuevas y agradables sorpresas?? El camino para encontrar lo que falta??... sólo Dios lo sabe.

Agradezco a todos los que pasan por aquí, dejan su huellita, o no... pero que ven luz y se atreven a entrar; eso alimenta mis ganas de escribir.



Gracias a Santi por dejarme hacer uso de esta hermosa obra de arte.


A todos ... felicidades!!! y que el 2009 los llene de nuevos sueños =)


"Mi corazón ...
sabe sobradamente y por experiencia propia
que la vida no es vivir como se quiere,

si no querer lo que se vive,
a cada instante,
y cambiar de rumbo
cuando se quiere, y se puede."


viernes, 12 de diciembre de 2008

Con las olas a tus pies



Un extenso manto de arena fina y blanca.
El horizonte: un mar calmo y azul.
Los últimos rayos de sol tibios sobre el acantilado hace relucir la espuma blanca de las olas ya débiles, que golpean las rocas una y otra vez.
Decenas de gaviotas descansan en la orilla.
Brisa juguetona.
Todo se llena del inconfundible aroma de mar.

Mis pies se hunden en la arena mullida, mientras camino por la costa.
El atardecer me acompaña, y esa brisa de mar de la cual leía e imaginaba, ahora me envuelve y enrieda mi pelo. Todo me recuerda a vos. Las cosas que han pasado y las que imaginé.

No sé si te he soñado, o si en realidad alguna vez nuestras vidas estuvieron entrelazadas y luego olvidé.
Las olas del mar me trajeron esta sensación.
Esa ausencia ya lejana que por momentos llega a la planta de mis pies... como las olas.

Hoy, traigo arena de otro mar....

Pequeño rincón de cosas que leo y me sorprenden



Ella barrió el otoño del patio de mi casa
y casi a quemarropa se nos vino el verano.

De súbito, la escoba se llenó de ramas
y a sus manos, ya verdes, regresaron los pájaros.

Todo de golpe. Todo cruzó como una ráfaga.
Sucedió tan de pronto q no puedo acordarme
ni cómo se llamaba.

Barrió el otoño y luego
ella olvidó acordarse.
Creo q hemos pactado no acordarnos de nada.
Pero el otoño vuelve cada otoño
a mi casa, y acumula mil hojas
donde no escribo nada.

Ella no ha vuelto. Nunca voverá a su tarea
de barrer el otoño del patio de mi casa.
En adelante, el viento barrerá la nostalgia.

Lo que no entiendo es,
cómo me olvidé de olvidarla.

("Ronda para barrer el patio")
Armando Tejada Gómez