Todo tiene su tiempo...
y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora

domingo, 23 de mayo de 2010

Liquidación otoño














No me quedan tantas hojas para pisar, en pocos días el tono ocre y cálido de las hojas se han convertido en un amarillo pálido, desteñido.
Frío y nubes oscuras.... una nostalgia, melancolía, un no sé qué.

Ayer recorría nuevamente esos senderos gastados; con las manos en los bolsillos y una llovizna helada sobre mi cara...
No quedan, en realidad, tantas hojas... sólo algunas, dispuestas allí, a solas,
como en liquidación...

Pequeño rincón de cosas que leo y me sorprenden



Ella barrió el otoño del patio de mi casa
y casi a quemarropa se nos vino el verano.

De súbito, la escoba se llenó de ramas
y a sus manos, ya verdes, regresaron los pájaros.

Todo de golpe. Todo cruzó como una ráfaga.
Sucedió tan de pronto q no puedo acordarme
ni cómo se llamaba.

Barrió el otoño y luego
ella olvidó acordarse.
Creo q hemos pactado no acordarnos de nada.
Pero el otoño vuelve cada otoño
a mi casa, y acumula mil hojas
donde no escribo nada.

Ella no ha vuelto. Nunca voverá a su tarea
de barrer el otoño del patio de mi casa.
En adelante, el viento barrerá la nostalgia.

Lo que no entiendo es,
cómo me olvidé de olvidarla.

("Ronda para barrer el patio")
Armando Tejada Gómez