Los días vienen cargados, como las nubes espesas y frías del viernes. Los días que pasan sin que los note siquiera... Las ausencias que se extienden...
... y el cielo que me anuncia que está cercano el próximo día.
Ella barrió el otoño del patio de mi casa y casi a quemarropa se nos vino el verano.
De súbito, la escoba se llenó de ramas y a sus manos, ya verdes, regresaron los pájaros.
Todo de golpe. Todo cruzó como una ráfaga. Sucedió tan de pronto q no puedo acordarme ni cómo se llamaba.
Barrió el otoño y luego ella olvidó acordarse. Creo q hemos pactado no acordarnos de nada. Pero el otoño vuelve cada otoño a mi casa, y acumula mil hojas donde no escribo nada.
Ella no ha vuelto. Nunca voverá a su tarea de barrer el otoño del patio de mi casa. En adelante, el viento barrerá la nostalgia.
Lo que no entiendo es, cómo me olvidé de olvidarla.
("Ronda para barrer el patio") Armando Tejada Gómez