
El viento me confió cosas que siempre llevo conmigo,
me dijo que recordaba un barrilete y tres niños,
que el sauce estaba muy débil,
que en realidad él no quiso,
que fue uno de esos días que todo es un estropicio.
(...)Me habló de arenas de agosto,
de cartas de enamorados, del humo en las chimeneas,
del fuego abrazando el árbol.
Iba quebrado de culpas y seguía confesando.
En su lomo de distancias no cabalgaba ni un pájaro.
Era un fantasma ese viento,un alma en pena penando
y en ese telar de angustias tejió sus babas el diablo.
(...) Era un fantasma ese viento,
tejió sus babas el diablo,iba quebrado de culpas
y no consigue evitarlo.
En ese telar de angustias, el fuego abrazando el árbol,
el sauce estaba muy débil y seguía confesando.
Le pregunté por las chapas del techo de los de abajo,dijo:
“el hombre ha de luchar para conseguir los clavos en vez de hincarse a rezar
para olvidar sus quebrantos, o de sentarse a esperar regalos eleccionarios”.
Me sorprendió la respuesta pero no quise atajarlo,
pues cuando lleva razón vaya, ¡quién quiere pararlo!
El viento me confió cosas que siempre llevo conmigo
... que siempre llevo conmigo.
Letra: Roberto Yacomuzzi
Música:Juan Falú
Interpretación: Carlos Aguirre Grupo
Fotografìa: mi amigo, Alain.