Todo tiene su tiempo...
y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora

jueves, 12 de febrero de 2009

Intitulado


Las tardes de lluvia en el pueblo se asemejan a una pintura.
Solía mirar las calles mojadas a través de los vidrios opacos; el cielo oscureciéndose lentamente; el tono triste de otoño que adquiría todo el paisaje.

Tomaba el camino a través de las lomas, cuando el sol comenzaba a esconderse frente a mí.
Recorría las escaleras de piedra, enterradsa en la arcilla, entre la jarilla y la zampa. Aquellos escalones desembocaban en una vieja calle adoquinada; a ambos aldos las casas, también de piedra, los techos de chapa de zinc y, las ventanas y puertas de madera.

Siempre volvía hasta aquella casa, un poco más alejada que el resto. A contra luz, por las tardes, lograba verse una silueta paseándose frente a las ventanas.


* Primera entrega... ténganme paciencia.


5 comentarios:

SANTIAGO dijo...

opa, te pusiste misteriosa ... sale un thriller?

Andru y Alain dijo...

... es q soy una mujer muy ocupada


................. jaja!!
No, la verdad es q soy de escribir muchas cosas a la vez, entonces tengo empezadas unas cuantas historias y voy haciendo 1º, 2º y ..... 8º partes!!

vos? actualizaste??

Unknown dijo...

UHHHHH!!! IMPRESIONANTE TU RELATO!!! SUPISTE PINTAR CON LETRAS ESA PINTURA A LA PERFECCIÓN!!! ME ENCANTÓ!!! TE JURO ME HICISTE VIAJAR FRENTE AL MONITOR! GRACIAS!

Anónimo dijo...

cuánta producción ultimamente!! =)

SANTIAGO dijo...

ahi actualicé para que no me retes! con fotos y todo que tul?!

Pequeño rincón de cosas que leo y me sorprenden



Ella barrió el otoño del patio de mi casa
y casi a quemarropa se nos vino el verano.

De súbito, la escoba se llenó de ramas
y a sus manos, ya verdes, regresaron los pájaros.

Todo de golpe. Todo cruzó como una ráfaga.
Sucedió tan de pronto q no puedo acordarme
ni cómo se llamaba.

Barrió el otoño y luego
ella olvidó acordarse.
Creo q hemos pactado no acordarnos de nada.
Pero el otoño vuelve cada otoño
a mi casa, y acumula mil hojas
donde no escribo nada.

Ella no ha vuelto. Nunca voverá a su tarea
de barrer el otoño del patio de mi casa.
En adelante, el viento barrerá la nostalgia.

Lo que no entiendo es,
cómo me olvidé de olvidarla.

("Ronda para barrer el patio")
Armando Tejada Gómez